La aterradora historia de Edward Mordrake
Edward Mordrake es una figura envuelta en el misterio y la tragedia, cuya historia se remonta al siglo XIX en la Inglaterra victoriana. Nacido en una prominente familia aristocrática, Mordrake era conocido por su apariencia única y espeluznante: una segunda cara, completamente formada, que se encontraba en la parte posterior de su cabeza.
Esta segunda cara, sin ojos ni boca, tenía la capacidad de expresar emociones y, según se cuenta, susurraba cosas inquietantes a Mordrake. La anomalía facial, más que un regalo, se convirtió en una maldición para él. Las voces y susurros constantes lo atormentaban día y noche, llevándolo al borde de la locura.
Desesperado por liberarse de su inusual carga, Mordrake intentó suicidarse en varias ocasiones. Sin embargo, cada intento fue frustrado por la fuerza maligna de la segunda cara, que parecía tener una voluntad propia. La leyenda cuenta que, a pesar de sus esfuerzos, Mordrake no pudo escapar de la presencia maligna que lo acosaba.
La historia alcanza su trágico final cuando, incapaz de soportar más su sufrimiento, Edward Mordrake falleció a una edad temprana. La causa de su muerte se atribuyó a su propia locura, inducida por la presencia siniestra que habitaba en la parte posterior de su cabeza.
La leyenda de Edward Mordrake ha perdurado a lo largo de los años, cautivando la imaginación de aquellos fascinados por lo macabro y lo sobrenatural. Aunque la veracidad de esta historia es discutible, su impacto en la cultura popular persiste, sirviendo como fuente de inspiración para relatos ficticios y mitos urbanos.