«La Hacienda de los Susurros»

«La Hacienda de los Susurros»

En las vastas y áridas tierras de Chihuahua, Chihuahua, donde el viento susurra historias olvidadas, se erige una leyenda que hiela la sangre de quienes osan recordarla. Esta es la historia de «La Hacienda de los Susurros», un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan en un eterno danzar macabro.

Hace décadas, la hacienda era el corazón vibrante de una próspera plantación, hogar de la familia Montenegro, conocida por su hospitalidad y su amor por las fiestas que iluminaban las noches de Chihuahua. Sin embargo, tras la trágica muerte del patriarca, Alfonso Montenegro, en circunstancias misteriosas, la hacienda cerró sus puertas al mundo exterior.

Con el paso del tiempo, los lugareños comenzaron a hablar de sombras que se movían con la luna llena y lamentos que se escuchaban en el viento. Se decía que la familia Montenegro, incapaz de partir al más allá, habitaba aún sus antiguos dominios, atrapada entre los muros de su opulenta morada.

Una noche de luna llena, un grupo de jóvenes, desafiando los cuentos y leyendas, decidió explorar la hacienda. Armados con linternas y una insaciable curiosidad, traspasaron las antiguas puertas de hierro forjado. Lo que encontraron fue un mundo suspendido en el tiempo, salones cubiertos de polvo con retratos de ojos que parecían seguir cada movimiento, y un silencio tan profundo que el más mínimo sonido retumbaba como un trueno.

A medida que avanzaban, los eventos extraños comenzaron a suceder. Objetos que se movían solos, susurros apenas perceptibles llamando sus nombres, y una sensación opresiva de ser observados. La más valiente del grupo, Veronica, impulsada por una mezcla de terror y fascinación, se adentró en la biblioteca de la hacienda, donde encontró el diario de Alfonso Montenegro. Al abrirlo, una ráfaga de viento apagó las linternas, dejándolos a oscuras.

El aire se llenó de un frío glacial, y una voz susurró desde las sombras, narrando la verdadera historia de la tragedia de los Montenegro. Alfonso había pactado con fuerzas oscuras para asegurar la prosperidad de su linaje, pero el precio era demasiado alto: la eternidad en la hacienda, sin paz ni descanso.

Al terminar la historia, la luz de la luna reveló la figura de Alfonso Montenegro, mirándolos con ojos llenos de tristeza y arrepentimiento. En un parpadeo, desapareció, dejando tras de sí un silencio aún más profundo. Los jóvenes, sin decir palabra, se apresuraron a salir de la hacienda, llevándose consigo la certeza de que hay lugares en este mundo donde el pasado nunca muere.

Desde esa noche, nadie ha vuelto a intentar explorar «La Hacienda de los Susurros». Se cuenta que aquellos que se atreven a acercarse demasiado pueden escuchar los susurros de Alfonso, advirtiendo a los vivos de no cometer los mismos errores que él.

Y así, en las tierras de Chihuahua, la hacienda permanece, un monumento a las consecuencias de los pactos oscuros y a las almas que, atrapadas en su orgullo, perdieron todo lo que amaban. En la noche, bajo la luna llena, la silueta de la hacienda se recorta contra el cielo estrellado, un recordatorio eterno de que algunas historias de terror son demasiado reales para ser olvidadas.

esta historia fue escrita por periodismofmx.com

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