Post-it: ejemplo de cómo un accidente condujo a una innovación exitosa
Los Post-its, esos pequeños trozos de papel autoadhesivo que se utilizan para dejar notas rápidas, fueron inventados por un químico de 3M llamado Spencer Silver. La historia comienza en 1968, cuando Silver estaba trabajando en el desarrollo de un adhesivo fuerte para aviones. Sin embargo, lo que logró fue un adhesivo que era muy débil y se despegaba fácilmente.
Aunque este adhesivo no cumplía con el propósito para el que Silver lo había creado inicialmente, resultó tener un uso interesante. Spencer Silver y su colega Art Fry, que también trabajaba en 3M, comenzaron a experimentar con el adhesivo débil para ver cómo podía ser útil. Fry, quien cantaba en el coro de la iglesia, pensó que sería útil tener una forma de marcar las páginas en su libro de cantos sin dañarlo. Así que tuvo la idea de usar el adhesivo de Silver para crear pequeños marcadores de papel que pudieran pegarse en las páginas sin dañarlas.
En 1974, 3M lanzó el producto al mercado bajo el nombre de «Press ‘n Peel» en algunas ciudades de Estados Unidos como prueba piloto. Sin embargo, no tuvo mucho éxito inicialmente. Fue en 1980, después de algunos ajustes y una nueva estrategia de marketing, cuando se relanzó el producto bajo el nombre de «Post-it Notes». Esta vez, la campaña publicitaria destacó su utilidad en la oficina, como herramienta para tomar notas rápidas y para la organización.
Los Post-its se convirtieron rápidamente en un éxito y se volvieron omnipresentes en las oficinas y hogares de todo el mundo. Hoy en día, los Post-its vienen en una amplia gama de tamaños, colores y formas, y se utilizan para una variedad de propósitos, desde tomar notas y hacer listas hasta la organización y la creatividad en proyectos de arte y diseño.