El sorprendente origen del Monopoly: una gran lección de economía
Probablemente estés familiarizado con el Monopoly, el popular juego de mesa que simula la compraventa de propiedades y calles. Sin embargo, lo que quizás desconozcas es su fascinante historia que se remonta a más de un siglo atrás.
Creado originalmente por Elizabeth Magie en 1903 y patentado en 1904 en Estados Unidos, el juego se conocía como ‘Landlords Game’. Magie tenía la intención de enseñar lecciones sobre los peligros de la concentración de la riqueza, inspirada en las ideas del economista Henry George, cuyo libro ‘Progreso y Miseria’ argumentaba sobre las cuestiones de la pobreza y el progreso económico.
En Cuba, tras la Revolución y la nacionalización de la propiedad privada, el Monopoly fue adaptado como ‘Deuda eterna’, reflejando una visión política diferente donde los países del Tercer Mundo debían unirse para derrotar al Fondo Monetario Internacional.
El juego no alcanzó su popularidad hasta la década de 1930, durante la Depresión, cuando un vendedor de calefactores llamado Charles Darrow lo patentó bajo el nombre que conocemos hoy. Aunque el debate sobre quién inventó realmente el juego ha sido largo, la versión de Darrow se convirtió en un éxito masivo.
El Monopoly es solo uno de los muchos juegos de mesa con raíces centenarias. Desde el parchís hasta La Oca, estos juegos han evolucionado a lo largo de los siglos, ofreciendo entretenimiento y, en muchos casos, lecciones prácticas sobre la vida y la sociedad.
A pesar de los cambios en la forma en que los juegos son percibidos y comercializados, siguen siendo una parte importante de la cultura popular. Y aunque quizás hayamos perdido parte del significado original detrás de ellos, aún podemos encontrar valor en las lecciones que transmiten, incluso sin ser conscientes de ello. Después de todo, algunas cosas nunca cambian: seguimos jugando y aprendiendo, incluso a través de un tablero de juego.