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Penicilina: El accidente que cambió el mundo de la medicina

Penicilina: El accidente que cambió el mundo de la medicina

La penicilina, el primer antibiótico descubierto, ha sido un pilar fundamental en la historia de la medicina moderna, transformando radicalmente la forma en que se tratan las infecciones bacterianas. Pero su descubrimiento, lejos de ser el resultado de un meticuloso plan de investigación, fue el producto de accidentes fortuitos que marcaron un antes y un después en la historia de la salud pública.

Corría el año 1929 cuando el bacteriólogo escocés Sir Alexander Fleming hizo un descubrimiento que cambiaría el curso de la medicina. Al regresar de unas vacaciones, Fleming estaba revisando su laboratorio cuando notó algo inusual: una placa de Petri que había dejado descubierta estaba contaminada con un moho, el Penicillium notatum, que había inhibido el crecimiento de las bacterias circundantes, incluyendo el peligroso Staphylococcus.

Lo que podría haber sido un error menor en el mantenimiento del laboratorio resultó ser el punto de partida de una revolución médica. Tras realizar investigaciones adicionales, Fleming confirmó que el moho tenía propiedades antibacterianas significativas y podía utilizarse para tratar infecciones. Sin embargo, el trabajo para desarrollar un antibiótico efectivo a partir del moho de penicilina no se llevó a cabo hasta una década más tarde.

Fue en los años 40 cuando Howard Florey y Ernst Chain, investigadores de la Universidad de Oxford, retomaron el trabajo de Fleming. A través de un arduo proceso de investigación y experimentación, lograron aislar y purificar la sustancia antibacteriana presente en el moho, conocida como penicilina. Este logro marcó el comienzo de una nueva era en el tratamiento de las infecciones bacterianas.

El impacto de la penicilina fue inmediato y profundo. Durante la Segunda Guerra Mundial, la penicilina salvó innumerables vidas al combatir infecciones que anteriormente habrían sido mortales. En reconocimiento a su revolucionario descubrimiento, Fleming, Florey y Chain fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina en 1945 “por el descubrimiento de la penicilina y su efecto curativo en diversas enfermedades infecciosas”.

Hoy, casi un siglo después del descubrimiento fortuito de Fleming, la penicilina y otros antibióticos han salvado millones de vidas en todo el mundo. Sin embargo, su uso indiscriminado y la resistencia bacteriana plantean desafíos continuos en la lucha contra las enfermedades infecciosas. En este Día Mundial de la Penicilina, recordamos con gratitud los accidentes que cambiaron el mundo de la medicina y reafirmamos nuestro compromiso de utilizar estos recursos preciosos de manera responsable para el beneficio de la humanidad.

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