Salvar vidas desde el comienzo: el llamado urgente del Día Mundial de la Salud 2025
El Día Mundial de la Salud, conmemorado este 7 de abril de 2025, marca el inicio de una campaña global titulada Comienzos saludables, futuros esperanzadores, que busca poner fin a las muertes prevenibles de madres y recién nacidos. Con una duración de un año, esta iniciativa liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) pretende movilizar a gobiernos y comunidades para priorizar el bienestar físico y emocional de las mujeres durante el embarazo, el parto y el período posnatal.
El llamado se intensifica tras un alarmante informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), donde su director, el doctor Jarbas Barbosa Jr., denunció en 2024 un preocupante retroceso en los indicadores de salud materna en América Latina y el Caribe. Solo en 2020, se registró una muerte materna cada hora, revocando avances logrados en dos décadas.
Cada año, cerca de 300,000 mujeres mueren durante el embarazo o el parto, más de 2 millones de recién nacidos fallecen en su primer mes, y millones más nacen sin vida. Si no se modifican las tendencias actuales, el 80% de los países no alcanzar\u00e1n las metas de mejora en la supervivencia materna para 2030, y un tercio tampoco logrará reducir la mortalidad neonatal.
La campaña subraya que los sistemas de salud deben transformarse para ofrecer atención integral, que no solo cubra complicaciones obstétricas, sino también salud mental, enfermedades crónicas y acceso a planificación familiar. Escuchar a las mujeres y proteger sus derechos mediante leyes y políticas inclusivas es crucial para garantizar embarazos seguros y vidas dignas.
Entre sus objetivos centrales, la campaña busca sensibilizar sobre las fallas en el cuidado materno y neonatal, promover inversiones efectivas, impulsar acciones colectivas de apoyo familiar y profesional, y difundir información útil sobre el embarazo, parto y recuperación posnatal.
La OMS insiste en que la mortalidad materna y neonatal prevenible puede terminarse, pero para lograrlo es necesario garantizar acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva, especialmente en países con menos recursos y en contextos de emergencia. Invertir en la salud de madres y bebés no solo salva vidas, sino que construye familias más fuertes, comunidades resilientes y sociedades más justas.
La salud materna y del recién nacido es mucho más que una estadística: es el pilar de un futuro con esperanza.
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